El primer aspecto en que debes fijarte si vas a elegir una puerta de entrada es en dónde está ubicada tu vivienda. Si vives en una vivienda exterior de planta baja necesitarás una puerta exterior con un nivel de seguridad más alto y un acabado más resistente que el que necesita la puerta de entrada de un piso. Además, si se trata de la puerta de una casa de campo o un chalet, debe ser capaz de soportar las diferencias inclemencias climatológicas que incidirán sobre ella a lo largo del año.
Lo más aconsejable y lógico es que elijas una puerta cuyo estilo sea coherente con el estilo arquitectónico y estético que tenga la construcción en la que se encuentra. Por ejemplo, a una casa rústica de campo le conviene una puerta de entrada de madera tradicional.
En cuanto a la seguridad, debes fijarte en tres aspectos: el marco, la hoja y el cierre, que son los que determinan el nivel de seguridad que proporciona una puerta. Las dos opciones más populares son las puertas acorazadas y las puertas blindadas, siendo estas últimas las que ofrecen un mayor nivel de protección al ser más difíciles de vulnerar.
